Zonas de Bajas Emisiones: un paso en la lucha contra el cambio climático

Las temperaturas aumentan, los polos se derriten y, aun así, el ser humano continúa contribuyendo a que el cambio climático – definido por Naciones Unidas como “los cambios a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos” provocados principalmente desde el siglo XIX por las actividades humanas – continúe sin control.
Además, según esta institución los principales motivos que fomentan la aceleración del cambio climático se deben “principalmente a la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas”, lo que genera un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Estos gases atrapan el calor y aumentan las temperaturas a nivel global.
Ante la preocupante situación de la que estamos siendo testigos y partícipes, teniendo en cuenta que hoy nos encontramos ante las mayores concentraciones de gases de efecto invernadero de la historia, es necesario actuar cuanto antes para revertir la situación. Para ello, promover desde los ayuntamientos una movilidad urbana sostenible es clave. Una de las formas más eficientes para lograrlo es implantar Zonas de Bajas Emisiones en las ciudades, una herramienta clave en la actualidad para incrementar el cuidado del medio ambiente en la ciudad.
¿Qué son las Zonas de Bajas Emisiones?
Las Zonas de Bajas Emisiones o ZBE son definidas por el Ministerio para la Transición Ecológica como “áreas en las que el acceso a determinados vehículos está restringido debido a sus emisiones, es decir, son medidas pensadas para mejorar la calidad del aire. Se circunscriben a un área amplia dentro de la ciudad, o incluso a la ciudad entera, y permiten la entrada a los vehículos que cumplen con los mejores estándares de emisiones.”
La implementación de Zonas de Bajas Emisiones tienen como objetivo proteger a los ciudadanos y a cualquier otra persona que se encuentre de paso por la ciudad, además de garantizar que se cumple la Ley 34/2007 de calidad del aire y protección de la atmósfera y el Real Decreto 39/2017 sobre la mejora de la calidad del aire.
¿Qué beneficios tiene la implementación de Zonas de Bajas Emisiones sobre el planeta?
La implementación de Zonas de Bajas Emisiones tiene un papel fundamental para garantizar el cuidado del medio ambiente en la ciudad. Cuantos menos vehículos contaminantes accedan a la ciudad, también será inferior la cantidad de gases de efecto invernadero que se emitan.
Por supuesto, todo lo que beneficie a la Tierra también nos beneficiará a los seres humanos. La pureza del aire y la calidad de vida aumentan a medida que disminuyen estos gases en nuestro entorno. La OMS recuerda que el cambio climático es una de las mayores amenazas para la salud de la humanidad, por lo que impulsar una movilidad urbana sostenible y reducir la presencia de gases de efecto invernadero tendrá efectos positivos.
¿Cómo lograr con éxito implementar Zonas de Bajas Emisiones en una ciudad?
Para conseguir que las Zonas de Bajas Emisiones funcionen correctamente, será necesaria la implementación de herramientas que ayuden a controlarlas. Uno de los elementos más importantes para comprobar que se cumple el nivel de emisiones será un medidor de calidad de aire, que miden la cantidad de CO2, la temperatura, la humedad o el polvo en suspensión.
Además, para garantizar que todos los ciudadanos cumplen con las medidas aplicadas en las Zonas de Bajas Emisiones, también han de instalarse cámaras de lectura de matrículas, especialmente útiles para la tramitación de sanciones por el incumplimiento de las normas de estas zonas.
En Trablisa contamos con T-Smart 4A, toda una serie de soluciones para que los ayuntamientos puedan adaptarse a las necesidades del futuro. Mediante la aplicación de dispositivos IoT, que actúan tanto como medidores de calidad del aire como controladores de la contaminación acústica, y de cámaras de tráfico en los accesos a las Zonas de Bajas Emisiones, los ayuntamientos lograrán dar un paso al frente contra el cambio climático.